La estratégica situación de la Sierra de Grazalema como ruta migratoria, tanto en su paso primaveral como otoñal, la existencia de numerosos riscos que ofrecen inmejorables puntos de nidificación y sus bosques de pinsapos y otras especies de media altura, hacen fácil de entender que este espacio sea un lugar perfecto para la fotografía de fauna y de paisaje.

En esta sierra gaditana son observables y fotografiables especies rupícolas como el buitre leonado, el águila perdicera, el alimoche o la cabra montés, que conviven con especies forestales como azores, águilas calzadas y culebreras o el corzo morisco. A su vez, sus embalses artificiales son buenos lugares para la observación y fotografía de aves acuáticas como el somormujo lavanco.

La Sierra Norte de Sevilla, de relieve bastante diferente al de Grazalema, ofrece a la persona aficionada a la fotografía infinitas dehesas de encinas y alcornoques, bosques de ribera como la del río Huéznar o ambientes pétreos como los de Cerro del Hierro. Tesoros como el águila imperial ibérica o la cigüeña negra son la guinda del pastel de esta sierra para el amante de la fotografía de naturaleza.